¿Es el Partido Popular una organización democrática?

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Vive el Partido Popular Tiempos de Tormentas. Los más apocalípticos auguran la hecatombe para este país y a los más pasotas solo les parece un orvallo mañanero, una pequeña tormenta en un vaso de agua, convenientemente amplificada por los medios y la tribu de tertulianos, que de algo hay que vivir. Probablemente ni los unos ni los otros estén en lo cierto y, en pocos días, volverá la normalidad a la política, es decir, las puñaladas traperas con las que, a diestro y siniestro, nos obsequian a diario los políticos de este país.

Llegados aquí me parece oportuno hacer un poco de historia del Partido Popular y preguntarme si es o no una organización democrática.

Haré unas someras referencias a sus orígenes y también a su fundador Manuel Fraga Iribarne.

El antecedente del PP es Alianza Popular (AP), que se funda en el año 1976, como una federación de siete asociaciones políticas, encabezadas por Manuel Fraga Iribarne,  Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Licinio de la Fuente, Laureano López Rodó, Enrique Thomás de Carranza y Gonzalo Fernández de la Mora. La cabeza visible de este grupo era Fraga Iribarne. Todos fueron ministros del dictador Franco, excepto, si no me equivoco, Enrique Thomás de Carranza que, entre otros méritos, acumulaba el de haber sido jefe de la censura en la dictadura.

La prensa de la época los bautizó como “los siete magníficos”, al igual que la famosa película de vaqueros. Otros les llamaban “los siete padrinos”.

Como curiosidad también diré que, a algunas de las reuniones de AP, ya asistía un muy joven Alberto Ruiz-Gallardón, de la mano de su padre José María Ruiz-Gallardón. ¿Qué cosas, verdad? ¡Vivir para ver!

Respecto a Fraga, sobradamente conocido, procede destacar algunos de sus méritos de los que casi ni se habla. A saber, Fraga se sentaba en los consejos de ministros de Franco que firmaron sentencias de muerte. Siendo ministro de la gobernación, en el gobierno de Arias Navarro, fue cuando dijo aquello de “la calle es mía”. ¡Y tanto que lo era! En la represión de una huelga en Vitoria murieron cinco trabajadores. En 1971, D. Manuel, firmó un manifiesto del Comité Español para la Liberación de Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler, que estaba preso en la cárcel alemana de Spandau. Otros firmantes de aquel manifiesto fueron José Botella Llusiá (tío de Ana Botella); Serrano Suñer; el capitán general Camilo Alonso Vega; amén de otros militares, obispos y destacados miembros del franquismo.

Después de varios fracasos en elecciones generales, el mismo Fraga refunda Alianza Popular y funda, en 1989, el Partido Popular. Se me antoja que lo dotó de una organización interna, al modo y manera de la que tiene la iglesia católica. Un presidente que, al igual que el papa, tiene todos los poderes. Bueno, lo de la infalibilidad  es discutible.

Siguen los fracasos electorales y también su mayor fracaso personal: el no conseguir ser presidente del gobierno de España.

¡Pero no se rinde! y nombra como sucesor a un tal José María Aznar López (supongo que les suena), a la sazón presidente de Castilla y León. ¡Gran acierto!, porque éste sí llegó a presidente del gobierno y no solo, el joven cachorro, ha emulado a su padre político, si no que se podría decir que  lo ha dejado a la altura del betún.

Aquí sí que hay material de estudio, incluso para la ciencia médica.

Un desilusionado Fraga se fue a refugiar a Galicia y aquí sí que ha puesto en práctica su ideario político. Gana en 1990 las elecciones gallegas y ¡ha mandado durante quince años! Ha creado una red caciquil y de corrupción, en el País Gallego, que alcanza hasta la aldea más recóndita y a todos los sectores de la Comunidad Autónoma.

¡¡Me duele Galicia!!

¡La verdadera historia de este personaje todavía está por escribir!

Ahora bien, de lo que sí estoy convencido es de qué sus títulos académicos no los ha conseguido en la Universidad Rey Juan Carlos I.

Pero, a lo que íbamos: ¿Es el Partido Popular una organización política democrática?

A este respecto la Constitución Española, en su art. 6, y la Ley Orgánica 6/2002, de Partidos Políticos, en su art. 1, dicen: “La estructura interna y el funcionamiento de los partidos políticos deberán ser democráticos”.

Según la normativa interna del Partido Popular, su presidente se elige en primarias, entre los candidatos presentados. Si alguno de ellos no obtiene más del cincuenta por ciento de los votos, hay una segunda vuelta entre los dos más votados. En este supuesto ya no votan los militantes, solo votan los compromisarios. ¡Ustedes ya me entienden!

Automáticamente el presidente elegido se convierte en candidato a las elecciones generales.

A partir de ahí, los candidatos autonómicos y europeos son designados por el partido a nivel nacional, que también se reserva la designación de los candidatos a alcaldes de las provincias. En el resto de las poblaciones los candidatos a alcaldes se designan a nivel autonómico.

Así que, juzguen ustedes, la calidad democrática del Partido Popular.

Parece ser que, en estos momentos en que escribo, la solución al liderazgo del Partido Popular va a venir también de Galicia y el candidato mejor posicionado es un tal Alberto Núñez Feijóo. Ahora bien, todo puede cambiar en cuestión de horas o incluso minutos.

El señor Feijóo tiene varias mayorías absolutas en Galicia y también amistades peligrosas que no le gusta mucho que le recuerden. Hace ya algunos años que mantenía una estrecha amistad con el narcotraficante gallego Marcial Dorado, supongo que esa amistad no continúa. La filtración de unas fotos en el espectacular yate del narco le han jugado esa mala pasada y como Feijóo declaró, si supiera en qué estaba involucrado el amigo, no hubiera permitido que esas fotos se hicieran y así se hubiera mantenido en secreto su amistad con el narco.

Debía de ser Feijóo el único que desconocía que el narco Marcial Dorado estaba involucrado, desde hacía mucho tiempo, en el tráfico de tabaco y otras prácticas delictivas.

A saber, las fiestas que se habrán montado en las, no menos espectaculares, mansiones que el narco tiene por toda España, con especial referencia a la de la Illa de Arousa. Estuvo también involucrado en la operación nécora y condenado, creo que, a diez años, por narcotráfico.

Declaró el señor Feijóo que esas fotos son, cuando menos, difíciles de explicar. ¡Y qué razón tiene! porque hay cosas que no tienen explicación por mucho que se intente y la única salida, sobre todo cuando se está en la vida pública, es la dimisión sin paliativos.

¡Manda carallo a quien quieren enviar los galegos para Madrid!

 

  1. González.

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