El Documental de la Pandemia 7.291 e Isabel Díaz Ayuso
Por Rafael Egido Pérez, 14 marzo 2.025
Sociólogo y Doctor en Economía Aplicada
Ayer RTVE emitió un documental sobre la Pandemia del Covid 19 que se
produjo, ahora mismo hace 5 años en España, además de un programa
dirigido por Javier Fortes, en el que no quiso intervenir nuestra Presidenta de
la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso después de haber sido invitada a
hacerlo, tanto en el documental, así como en el programa previo que trataba de
los sucesos que sufrimos todos con la extensión del virus originario de China,
covid-19.
El declinar dicha intervención, según parece es por la cifra de 7.291 muertos
que se ha aireado en estos últimos años, como las víctimas de la falta de
derivación de estos enfermos a la Sanidad Pública, por motivos de edad,
residencia y discapacidad, que murieron sin atención sanitaria, como
causa de la enfermedad, en las Residencias de Mayores, o de Discapacitados
durante la extensión de la Pandemia que azoto nuestro país, ante la imposición
de unos Protocolos de actuación que se difundieron desde el Gobierno de la
propia Comunidad de Madrid, para no colapsar la atención hospitalaria en la
Sanidad Pública, situación que se dio claramente en la primera ola de
extensión de dicho virus.
Es posible que el sistema público de salud no pudiera hacer frente en dichas
circunstancias a los casos que de forma exponencial llegaban entonces a los
hospitales, pero hubo una orden desde el Gobierno Central de España,
para que se utilizaran cuantos medios estuvieran disponibles para
atender a los enfermos, fueran públicos o privados, e incluso se habilito el
pabellón del IFEMA, para poder atender a la riada de casos que se estaban
produciendo. Esto se hizo en parte, ya que solo se derivaron a las
infraestructuras privadas a los que tenían un seguro con ellos,
manteniéndolas semivacías mientras que, en la sanidad pública, estaban
saturadas y muriendo en muchos casos, llegando algunos días a morir cerca
del millar.
Al pabellón de IFEMA, se derivaron pacientes que estaban en un desarrollo
de la enfermedad relativamente leve, pues se dijo que allí, no podían estar
enfermos con una discapacidad cognitiva que pudieran moverse por dicho
pabellón de forma autónoma, evitando circunstancias no deseadas por dicha
discapacidad, con lo que solo llegaron de las Residencias de Mayores, 23
casos, de los más de 3.600 que se trataron allí.
También se construyo a marchas forzadas un nuevo hospital, sin ventanas a
modo de una gran nave industrial, contraviniendo las más elementales
normas higienistas de construcción de hospitales, de comienzos del siglo XX,
llamado Hospital Zendal. En dicho hospital se atendieron derivados de las
Residencias de Mayores, solo 42 casos, del total que fueron a dichas
instalaciones, y durante la primera ola de extensión del virus, no se pudo atender a nadie, puesto que se estaba construyendo, multiplicando por dos el
presupuesto inicial para su construcción.
Al mismo tiempo, después se ha sabido, que el hermano de nuestra
Presidenta, Diaz Ayuso, fue uno de los comisionistas que consiguió un
cargamento de mascarillas para la protección de los sanitarios, de las que
obtuvo 360.000 € de ganancia. La empresa de su madre, también gestiono, la
compra en China de material sanitario y mascarillas, que le supuso alrededor
de un millón de euros de comisiones. Su exnovio hizo también una transacción
con la venta de mascarillas de las que consiguió 260.000 € de comisiones. Su
pareja, Alberto González Amador, vendió a la Comunidad de Madrid, a través
del Grupo Quirón, varios millones de mascarillas de las que saco en comisión,
más de dos millones de euros.Como resultado de todas estas transacciones, el entorno personal de Díaz
Ayuso, se han convertido en nuevos millonarios, con estas transacciones
legales que han rodeado a nuestra presidenta de la Comunidad de Madrid,
pero que contrastan con la cantidad de defunciones simultaneas a dicho
enriquecimiento, sobre todo de las personas que no llegaron a ser atendidas
por la Sanidad Publica ni Privada y murieron ahogadas en sus propios fluidos
corporales. Fueron según las primeras cifras de la Comunidad de Madrid
7.291 muertes, que incluyeron los discapacitados con problemas de
movilidad o cognitivos de todas las edades, aunque fueron
mayoritariamente los Mayores que vivían en las cerca de las 500 Residencias
Privadas de la Comunidad de Madrid, que pagaban entre dos o tres mil
euros al mes por los cuidados necesarios en su vida diaria, cuotas
reclamadas con posterioridad por la Comunidad de Madrid a las familias
de los fallecidos.
¿Cómo es posible que ocurriera esto?, ¿Qué clase de sociedad tenemos que
lo permite y mira para otro lado?, ofendiéndose por recordar los hechos, sin
que la Justicia tome cartas en el Asunto y ponga orden en lo ocurrido.
Según parece, después de 5 años, estos días al saber que se publicaba este
documental en RTVE, se han acordado de revisar las cifras, pero es igual de
horroroso, sean las cifras que sean, ¿A que edad, los españoles perdemos
nuestros derechos civiles que consagra nuestra Constitución de 1.978?,
puesto que la atención sanitaria es un Derecho Humano, consagrado en
los acuerdos de Ginebra en los años 50 del siglo XX, firmados por España
en la ONU y también en la Unión Europea.
Desde mi humilde artículo, pido que la Justicia actúe ante la arbitrariedad
de los Protocolos que se difundieron durante la primera ola del covid 19, que
tuvieron como consecuencia los miles de muertes de ancianos y
discapacitados sin asistencia sanitaria, cuya su máxima responsable es la
Presidenta Isabel Diaz Ayuso de la Comunidad de Madrid, que a su vez ha
enriquecido a su entorno con sus decisiones políticas y su suministro
sanitario.
Es posible que dichas decisiones sean legales, pero éticamente no son ni
medio presentables y menos cuando es la representante de la ciudadanía que
ha sido votada por los madrileños, abusando de esa confianza de los votos
que ha recibido en unas elecciones autonómicas que se impulsaron en la mitad
de dicha pandemia, ¡cuando las personas, estaban un tanto hartas de las
restricciones y había pasado el mayor peligro de la Pandemia! con las vacunas
ya funcionando. Me resisto a seguir manteniendo a un representante de la
ciudadanía con esa forma dictatorial de actuación, que es incapaz de tener un
poquito de empatía con las personas que han sufrido las consecuencias de sus
malas decisiones y se escandalizan por que se recuerdan los hechos ocurridos
en un documental o en un programa de la televisión pública, que es de todos
los españoles, no solo de los que gobiernan. ¡Ayuso Dimisión!