La próxima crisis está en camino

0
68

 

 

Recensión:  Epstein, Gerald (2024). Busting the Bankers’ Club. Finance for the Rest of Us. University of California Press. ISBN: 9780520385641.

Nada puede cambiar cuando se continua en la misma senda. Es sabido que las crisis económicas son endémicas en el capitalismo. Suelen ir precedidas de una crisis bancaria. Cada muy pocos años sufrimos una de esas crisis bancarias. Lo que quizás es menos recordado, es que ha habido un período, inusualmente largo, en el cual esas crisis no tuvieron lugar: justo en las dos décadas que van desde el final de la segunda guerra mundial al inicio de la década de los años setenta del siglo xx, fenómeno que se aprecia con claridad en el Gráfico 1.

Gráfico 1: Proporción de países con crisis bancarias.
Fuente: (Reinhart & Rogoff, 2008)[i].

 

Se recordará que el 15 de agosto de 1971 Nixon abandonó los acuerdos que establecían el patrón oro, firmados por los “aliados” en 1945, en el Hotel Mount Washington de Bretton Woods (New Hampshire, EE. UU.).  A partir del 15 de agosto de 1971, USA podía emitir cuantos US$ considerara necesarios, cosa que hizo con largueza para financiar la guerra contra Vietnam (Kháng chiến chống Mỹ), guerra que, como es sabido, USA finalmente perdió. La práctica de desligarse del patrón oro para financiar guerras, no fue inventada por la administración Nixon; el imperio británico había recurrido a la misma táctica en varias ocasiones anteriores. También es conocido lo que siguió. Primero, la subida del precio del petróleo, con la consecuente estanflación, y después los acuerdos que abrieron los mercados financieros americanos a las satrapías del Golfo, que pusieron las bases para la entrada masiva de petrodólares en los mercados financieros mundiales, impulso inicial necesario para hacer del US$ no solo la moneda en la que se denomina el grueso del comercio mundial, sino también la moneda en la que denominan las reservas de los bancos centrales de todos los países del mundo.

A partir de ese momento, con la emisión de US$ liberada de cualquier restricción, las crisis financieras han venido sucediéndose, si bien afectaban a países distintos de USA, hasta la crisis de 2008, donde esto cambia radicalmente, y la crisis salta en el centro del imperio, y desde ahí, se extiende rápidamente al resto del mundo, debido esencialmente a que el capital financiero se mueve por el mundo sin control alguno, movilidad que se aprecia en el Gráfico 2.

 

Gráfico 2: Crisis bancarias y liberalización del movimiento de capitales
Fuente: (Reinhart & Rogoff, 2008).

 

Es sabido que tanto esa crisis de 2008 como la del Covid, son “resueltas” con la emisión masiva de US$ y €, con los llamados “quantitative easing”, cuyo nombre más correcto sería “entrega de moneda a cambio de basura”, toda vez que tanto la Reserva Federal de USA como el BCE entregan cantidades ingentes de moneda, a muy pocos bancos, a cambio de activos cuyo valor es próximo a 0. A explicar que está detrás de ese cambio, a entender por qué la crisis bancaria del 2008 se inicia en el centro del imperio, es a lo que se dedica el libro que nos ocupa, Busting de Bankers’ Club. El autor de este magnífico libro es Gerald Epstein, un “viejo” profesor de Economía en la University of Massachusetts Amherst, donde cofundó y codirige el Political Economy Research Institute (PERI), uno de los templos donde en USA se cultiva la economía institucional. Reconocido experto en economía financiera imparte en esa universidad, entre otros, un exitoso curso sobre “Finanzas y sociedad”.

La tesis fundamental del libro es que la causa de que las crisis financieras recientes se inicien en el centro del imperio, en USA,  se encuentra en la desregulación del sistema financiero, una “guerra”, la de la desregulación, a la cual se han dedicado, a lo largo de los últimos 50 años,  sin pausa las élites financieras del país, organizadas en lo que Epstein llama el “Bankers’ Club”,  En ganar la guerra el Bankers’ Club no se ha privado de ninguna arma, de modo que al seguir los pasos del club, como hace Epstein, se construye la mejor descripción realizada nunca de la corrupción sistémica[ii], en el ámbito espiritual por excelencia[iii], la gestión de la moneda.

Las victorias más notorias del Bankers’ Club han tenido lugar en la presidencia de un demócrata, Bill Clinton, presidente más famoso por la “fellatio” de una becaria, que por su contribución inestimable a la desregulación financiera (o por sentar las bases de futuros desastres geopolíticos en Europa). Y su condición de demócrata, i.e. “progre” en los estándares europeos, muestra cuan “dulce” es la captura de las mentes (y los cuerpos) inducida por la corrupción sistémica.

El libro está dividido en tres partes. En la primera parte se detalla como las regulaciones creadas a lo largo de los primeros años del sxx y, sobre todo, durante el New Deal de Roosevelt, explican la estabilidad del sistema que se extiende desde el final de la segunda guerra mundial hasta la década de los 70. En la segunda parte se detallan todos los componentes del Banker’s Club y las estrategias que han ido implementado para acabar con esas regulaciones. Y en la tercera parte, la más débil, se detallan posibles estrategias para acabar con el Bankers’ Club y devolver las finanzas a control público, o como lo resume Epstein, a “bancos sin banqueros”.

Esta última tarea es enormemente urgente, toda vez que las causas que están detrás de las dos últimas crisis financieras en absoluto se han abordado. Durante las administraciones del primer presidente “negro”, Obama, se han hecho unos tímidos intentos de reforma, de regular, sin apenas resultados prácticos; la desregulación continuó su expansión durante la administración Trump, y prácticamente nada se ha revertido durante la administración Biden.

Mientras tanto, uno de los desencadenantes inmediatos de la crisis de 2008, el incremento del precio de la vivienda muy por encima de los salarios reales, ha continuado su curso ascendente. En el Gráfico 3 mostramos los datos de USA, pero el fenómeno es mundial.

Gráfico 3: Evolución del precio de la vivienda (Índice Case-Shiller)
Fuente: https://fred.stlouisfed.org/series/CSUSHPISA#0 (Acceso: 2024/2/10). (Shiller, 2015)

 

La expansión del capital financiero, consecuencia y causa del crecimiento mundial de la desigualdad[iv], que ceba la bomba de la siguiente crisis, ha continuado su curso ascendente, tal y como se aprecia en términos absolutos en el Gráfico 4 y en términos relativos, en relación al PIB, en el Gráfico 5.

Gráfico 4: Evolución del capital financiero USA.
https://fred.stlouisfed.org/series/FBTALDQ027S (Acceso: 2024/2/10).

 

Gráfico 5: Sector financiero cómo % del Producto Interior Bruto USA
Fuente: (Epstein, 2024).

 

Así pues, si la desregulación financiera, que ha estado detrás de las ultimas crisis del 2008 y 2019, no se ha corregido -incluso se ha ampliado- no hay razón alguna para esperar que las crisis no se aparezcan de nuevo. Lo harán y serán de una escala planetaria nunca vista antes de hoy. La desregulación conduce a la guerra, pues esta es la expresión absoluta de la desregulación, hecho que se hace evidente si nos despojamos de las anteojeras del supuesto derecho de guerra con el cual los vencedores revisten sus actos, al tiempo que hacen oídos sordos a las invocaciones de tal derecho por parte de los más débiles. Y las crisis, con o sin guerra, son demoledoras para las gentes del común.

Y es en este punto donde el optimismo de Epstein y el mío, caminan en paralelo. Epstein, es plenamente consciente de la corrupción sistémica que asola a USA; de hecho, su libro es la descripción más detallada disponible de esa corrupción sistémica, en todo lo relativo al mundo de las finanzas. Pero aún así, confía en que, dado que en el pasado el sistema fue reformable, habrá de volver a serlo ahora. La cuestión es cómo. A mi me parece que incluso en presencia de un gran shock, de una gran crisis, el sistema no es reformable. Más bien me parece que las élites van a optar por soluciones autoritarias, que más pronto que tarde conducirán a la generalización de conflictos cinéticos, que muy bien pueden adoptar la forma de guerras civiles y guerras inter estados. Quienes quieran prevenirlas, toda vez que su escala será planetaria, harán bien en dedicarse a la urgente necesidad de crear una quinta internacional, capaz de influir en el resultado de un previsible desastre planetario. El calentamiento global incluirá, en esta perspectiva de quinta internacional, no solo el calentamiento físico de la atmosfera que respiramos sino también el calentamiento global del clima social en el que vivimos. Tanto en uno como en otro calentamiento, vamos tarde, muy tarde.

Además de la vida en nuestros cuerpos, queremos continuar nuestra vida espiritual, queremos continuar cultivando la poesía (ver nota 3). Por eso y para eso, como dice Epstein, necesitamos “banca sin banqueros”. Es sabido que, en la Revolución Francesa, los revolucionarios “olvidaron” asaltar el Banco de Francia, y se vieron obligados, después de ese olvido, a poner en marcha una serie de pintorescas maniobras para producir moneda, i.e. moneda con la garantía de las tierras “expropiadas” a las “manos muertas”. Ni Lenin ni Mao cometieron el mismo error. Pero casi todos los “reformistas” han repetido los errores de los revolucionarios franceses. Uno de los casos más hilarantes es la negativa del director del Deutsche Bank a conceder un préstamo al gobierno socialdemócrata alemán, durante la república de Weimar, siendo ministro de finanzas precisamente Rudolf Hilferding. No se si Rudolf fue gran teórico -es notoria su apreciación de la integración del capitalismo alemán de su época bajo el mando de consorcios financieros, lo cual le llevó a la ensoñación de la toma de control sin necesidad de socializar el campo y las pequeñas industrias- pero desde luego demostró ser gran deficiente práctico. A Rosa Luxemburg la privaron de esa oportunidad. Y todavía falta por aclarar si aparte de los autores materiales e intelectuales del magnicidio hubo otros cómplices, activos o pasivos.  Es por tanto previsible que todos los reformistas europeos modernos cometan el mismo error de los revolucionarios franceses y no empiecen por demandar el control del Banco Central Europeo. ¿Han oído el estruendoso silencio? Por cierto, genuinos populistas, como los americanos del xix, (Goodwyn, 1981) eran muy conscientes del cuan necesario era invocar y cultivar, por sobre todas las cosas, el espíritu de la moneda. No se si otros modernos, que usan exotéricos (con x) términos como “raíces”, “sentido” y “alas”, dominan las poéticas necesarias para invocar y cultivar el espíritu de la moneda. ¿Quieren que les conteste o prefieren responderse ustedes mismos?

____________

Notas

[i] Nos hemos permitido, por conveniencia expositiva, tomar charts de estos autores, sin perjuicio de dejar constancia de que estos personajes, prebostes de Harvard y el FMI, son responsables de uno de los casos de infamia y corrupción intelectual más notorios de la profesión económica, impidiendo que los datos que ellos mismos manejan, maten una “buena” historia. En su caso la historia era la defensa de la austeridad, para lo cual era imprescindible mostrar el efecto deletéreo de la deuda pública sobre el crecimiento económico. El “globo” se lo pincho un modesto estudiante de master justamente en la misma universidad donde enseña el autor del libro que nos ocupa en esta recensión.

[ii] El concepto de corrupción sistémica o política ha sido acuñado y explicado en (Nuñez, 2022).

[iii] Después de tantos y tantos años oyendo como las elites liberalilotas se desgañitaban para descalificar el “materialismo histórico” con el argumento del “determinismo” materialista o económico, que dejaba fuera la vida espiritual, he llegado a una conclusión paradójica: el centro del materialismo histórico es el estudio de la moneda. Y la moneda es la expresión más refinada del espíritu. Y los banqueros, sus cultivadores por excelencia, son los grandes poetas de nuestro tiempo. Pues como se enuncia en otro lugar (Nuñez, 2025) “La prueba más evidente de la naturaleza espiritual de la moneda, es que fluye hacia arriba. La prueba más evidente de su potencial mágico es que puede actuar a distancia. La prueba más evidente de la espiritualidad del materialismo histórico es que da cuenta del devenir del mundo a partir de la potencial espiritual que lo mueve: la moneda”

[iv] A explicar cómo es esto posible, consecuencia y causa, hemos dedicado un reciente artículo (Núñez, 2023)(a), (Núñez, 2023)(b) al que remitimos al lector interesado. En ese artículo se hace énfasis en que todo esto solo es comprensible cuando se encaja dentro de una lógica imperial que se despliega a escala planetaria.

____________

Referencias

Epstein, G. (2024). Busting the Bankers’ Club. University of California Press.

Goodwyn, L. (1981). The populist moment. Oxford Univ. Pr.

Nuñez, M. (2022). Corrupción: ampliando el alcance. Corruption: Expanding the reach. Tendencias Sociales. Revista de Sociología, 8, 5-36. doi:https://doi.org/10.5944/ts.2022.34258

Núñez, M. (2023)(a). Capital Ficticio y Digitalización. Editorial. Presentación del monográfico. Revista de Estudios Globales. Análisis Histórico y Cambio Social, 3. doi:https://doi.org/10.6018/reg.601851

Núñez, M. (2023)(b). El particular momento del dominio por el capital ficticio. Revista de Estudios Globales. Análisis Histórico y Cambio Social, 3, 63-132.

Nuñez, M. (2025). Escolios a textos explicitos (I). Unpublished.

Reinhart, C., & Rogoff, K. (2008). Banking Crises: An Equal Opportunity Menace. doi:10.3386/w14587

Shiller, R. J. (2015). Irrational exuberance. Princeton: Princeton University Press.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí