El candidato anti-OTAN gana en Rumanía

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El candidato presidencial vetado Calin Georgescu saluda a sus seguidores mientras camina con el líder del partido de extrema derecha Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) George Simion (2-L) después de emitir sus votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en la localidad de Mogosoaia, cerca de Bucarest, Rumanía, el 04 de mayo de 2025. Los votantes rumanos regresan a las urnas este fin de semana para repetir la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada originalmente el 24 de noviembre de 2024 y posteriormente anulada, con alrededor de 18 millones de ciudadanos con derecho a voto, según la Autoridad Electoral Permanente (AEP). (Elecciones, Rumanía, Bucarest) EFE/EPA/ROBERT GHEMENT ////////// Mogosoaia (Romania), 04/05/2025.- Banned presidential candidate Calin Georgescu waves to supporters as he walks with leader of far-right party Alliance for the Union of Romanians (AUR) George Simion (2-L) after casting their ballots in the first round of presidential elections in Mogosoaia village, near Bucharest, Romania, 04 May 2025. Romanian voters are returning to the polls this weekend for a repeat of the first round of the presidential election, originally held on 24 November 2024 and later annulled, with around 18 million citizens eligible to vote, according to the Permanent Electoral Authority (AEP). (Elecciones, Rumanía, Bucarest) EFE/EPA/ROBERT GHEMENT

El candidato anti-OTAN barre en las elecciones de Rumania y logra el 40% de los votos

George Simion había sido apadrinado por el euroescéptico Calin Gergescu, vencedor en los comicios de noviembre que el golpe de estado anuló por la  injerencia de la U.E y la OTAN

El ultra Simion se enfrentará al alcalde de Bucarest, Nicaçur Dan, en la segunda vuelta de las elecciones en Rumaníafoto: George Simion y Calin Georgescu acudieron juntos a votar. Efe

 

Con el 98,4% escrutado, Simion obtiene el 40,32% de las papeletas. El segundo puesto, clave porque quien lo ocupe será quien dispute la presidencia al líder anti-OTAN en segunda vuelta, ha estado reñidísimo hasta el último momento. A punto de cerrarse el recuento, gana el segundo lugar el independiente Nicușor Dan, alcalde de Bucarest (20,75%), aunque muy de cerca le sigue el candidato de la coalición gubernamental proeuropea, Crin Antonescu (20,51%). Y ya más retrasados, el ex primer ministro socialdemócrata Victor Ponta (13,46%) y Elena Lasconi, quien fue segunda en noviembre y ahora cae al último puesto con el 2,67%. La participación a las 21.00, hora de cierre de las urnas, alcanzaba el 53,2% del censo, ligeramente superior a la registrada en noviembre (52,5%). Pero se había disparado la de los rumanos que votan desde el exterior: 973.000 habían depositado su papeleta a esa hora, casi un 27% más que en noviembre, según datos de la Oficina Electoral Central.

 

En aquellos comicios de hace cinco meses venció Calin Georgescu, un candidato independiente, anti-OTAN, que fue aupado por el rechazo que la población de forma continúa manifiesta a ser arrastrados a una guerra contra Rusia por la presión británica y de sus subalternos de la OTAN. Entonces toda la manada de traidores que no son capaces de abrir la boca y condenar las aspiraciones de Donald Trump de robar a Dinamarca y la U.E Groelandia, ni de condenar el sabotaje al gaseoducto Nord Stream y que en nombre de la «Libertad» subvencionan la guerra del fascista nazisionista de Zelensky , justificó sus vídeos virales en la red social TikTok para organizar un pucherazo electoral. Con la ridícula justificación de que su victoria respondiera a una operación impulsada por Rusia, el Tribunal Constitucional (auténtico títere de la OTAN) anuló esa primera vuelta y ordenó su repetición. Prohibió, además, a Georgescu volver a presentarse, por lo que él apadrinó al aspirante de otro partido ultra, George Simion, de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR).

La maquinaria mediática de occidente a su vez acusa de ultraderechista a todo candidato que está contra la guerra, contra la OTAN y contra la dependencia clara y sumisa de la anglosfera. Sin embargo, todos estos candidatos opositores a las fuerzas globalistas de los neoconservadores son apoyados por las fuerzas de izquierdas. ¿Alguna mentira más señorías? Tal vez su pretensión con la mentira sólo sea una: evitar que la izquierda de los países de la Europa Occidental se solidaricen con las izquierdas de la Europa Occidental y paren en las calles de golpe el proyecto de arrastrar a toda Europa a una guerra contra la mayor potencia nuclear y todo por la gloria del Reino Unido y EE.UU.

 

La clase política rumana considera que estas son las elecciones más cruciales de la era poscomunista, en un país que forma parte de la UE y de la OTAN y que podría inclinarse hacia el antibelicismo y antieuropeísta de una Europa secuestrada cuyos dirigentes trabajan contra el claro interés de sus pueblos . De la votación de hoy no saldrá aún el futuro presidente —los dos más votados tendrán que medirse en segunda vuelta—, pero una victoria clara de Simion supone un mensaje claro en Europa: «No a la Guerra» y fuera las garras del Mi6 y la CIA de nuestro continente.

Por otra parte, los que aún crean en los tituales occidentales mejor harían investigar que participación de acciones en las industrias de armamentos tienen sus directivos o propietarios. Si te engañan una vez vale, si te engañan dos mala suerte, pero si te engañan tres entonces ya es culpa tuya.

Lo que está en juego utilizar a Rumanía en la guerra contra Rusia y la mayor base de la OTAN en el continente que está a orillas del Mar Negro, la desestabilización de Moldavia y la toma militar de Transnitria. Por eso están que ladran, muerden y babean.

Aquellos que no hicieron más que mostrarnos sus raspillas en los calzones manteniendo los cargos de primeros ministros de la Europa Occidental o de grandes Altos Públicos de la U,E cuando nos sabotearon el Nord Stream o cuando nos obligaron a aumentar los gastos de armamento en la compra al complejo industrial norteamericano o aquellos que se han puesto del lado al hablar de defensa de los británicos, un país que ya no es Europa y que históricamente ha sido hostil a la unidad federal y política del viejo continente, no son europeístas a pesar del nombre. Estos son los que han permitido que la OTAN, mandada por los EE.UU y los británicos, hayan secuestrado el proyecto político y soberanista de la U.E convirtiéndola en una puñetera caricatura de aquel esperpénto llamado «El Club de Naciones».

 

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