La rebelión de los ricos

0
93

David N. Gibbs (2024). Revolt of the Rich. How the Politics of the 1970s Widened America’s Class Divide. Columbia University Press New York

El libro que nos ocupa hoy, es un relato de lectura imprescindible para entender como hemos llegado al mundo que nos ha tocado vivir en esta tercera década del siglo XXI. A partir de los años 1970 se separan el incremento de la productividad[1] y los salarios, tal y como se muestra en el siguiente gráfico.

Fuente: https://www.epi.org/productivity-pay-gap/ (Acceso 2025/01/23)

También puede apreciarse en el gráfico, comparando dos periodos -antes y después de 1979- que el crecimiento interanual de la productividad cae prácticamente a la mitad en el segundo período respecto al primero. Este menor crecimiento de la productividad en el segundo período no es objeto de explicación, pero puede inferirse que es una consecuencia inevitable de la creciente disparidad entre productividad y salarios, por razones de las que el libro no se ocupa y yo voy a soslayar.

El libro nos propone como clave de bóveda del proceso de separación, lo que llama “deep lobbying” y “excellence of strategy”. Aunque describe una guerra, el término de guerra de clases no hace justicia a lo que describe, porque este término evoca dos ejércitos en combate. No hay dos ejércitos, solo uno, el de los ricos, que va ocupando todo el territorio, hasta el día de hoy. En la explicación aprenderemos como en esa guerra se explota la legitimidad moderna de la ciencia[2] -enrolando a legiones de académicos, particularmente economistas-, como se construye identidad política y masas movilizables a partir de la religión, como se usa el racismo y la religión para privatizar la educación, como se captura silenciosamente todas y cada una de las dependencias institucionales, todo el estado.

La excelencia de la estrategia es saber poner la cantidad adecuada de US$ en las ideas “correctas”, pues el “Deep lobbying seeks to influence the overarching ideologies of public officials and legislators and (where possible) the broader public. It traffics in the dissemination of ideas and aims at changing the climate of opinion. Deep lobbying has the advantage of appearing nonpartisan—as if it is not really lobbying at all—and its funding in most cases is tax exempt”.

La reconstrucción forense de las causas del cadáver de cuerpo presente en esta tercera década del sxxi, implica, por tanto, “follow the money on the idea”. Las ideas correctas son el activo más relevante. Las ideas causan el cambio del mundo, cuando el suficiente volumen de US$ las multiplica, en una infalible fórmula alquímica I(dea) x (US)$. Todo empieza con las ideas, las ideas tienen consecuencias (Weaver, 2013).

Al avanzar en el relato, habremos de desaprender supuestas verdades históricas, i.e. la presidencia del productor de cacahuetes, Mr. Carter, implica cierta ruptura entre Nixon y Reagan, porque no es cierto: es bajo su presidencia, que, promoviendo las ideas adecuadas, se sientan las bases para la captura del estado[3] de modo que este sirva exclusivamente a los intereses de pocos y ricos. Y habremos de aprender otras lecciones. Es justamente la guerra de clases interna, en la que hay que tomar en consideración los intereses parcialmente divergentes de las diferentes facciones de las élites, la que da cuenta de la financialización de la economía, la destrucción de la industria nacional, la expansión internacional del $ y la expansión del “estado securitario” hacia afuera -gasto militar- y hacia dentro -estado policial-. Y son precisamente, parte de esos movimientos los que, paradójicamente, harán posible el crecimiento de China y con él, los desafíos y la eventual reversión de la hegemonía del imperio securitario atlántico.

El libro del historiador Gibbs, magistralmente escrito, es el más completo, documentado, incisivo, fácil de leer y, lo que es más importante, acertado, para entender el punto de inflexión en las sociedades del imperio que nos ha traído al punto en el que estamos. Y nos invita a aprender la lección más dura de todas: la democracia liberal no es que no garantice, que no lo hace, sino que ni siquiera permite, la protección efectiva de los derechos y la vida de las gentes del común. Hay otras alternativas, pero han dejado de ser de este mundo. En seis capítulos nos explica cómo se fraguó el “compromiso de clase” después la segunda guerra mundial (1), como los ricos iniciaron la revuelta contra ese compromiso, que ya implicaba cesiones fundamentales (2), como construyeron una base política de masas manipulando los sentimientos religiosos (3), como iniciaron y vendieron la guerra fría para alimentar la expoliación imperial sin ocupación directa y crear un estado securitario interno (4), de modo que los ricos devinieron globales vía finanzas (5), al tiempo que nos convencían, a escala planetaria, que todo eso fue una consecuencia natural y deseable del “free market” (6).

Es bien notorio que en el compromiso fraguado en la postguerra están presentes todos los elementos que posteriormente serían llevados a sus últimas consecuencias. Particularmente notorio es el cambio en el pensamiento económico que se materializa en un texto poco publicitado, el “Treasury-Fed Accord”[4] en el que se otorga el rol principal a la FED en la estabilización de precios, situándose este objetivo por delante del pleno empleo, toda vez que esa estabilización se alcanzará mediante políticas de austeridad que necesariamente implican desempleo.  Naturalmente esto va acompañado del abandono de cualquier política de control de precios, el abandono de impuestos sobre los ricos y/o el capital como medio de combatir la inflación y cualquier intervención pública en la economía, substituidas por “ineficaces” y corruptas políticas antimonopolios[5]. Los “teo-economistas” (i.e Paul Samuelson) formalizaron esta nueva ortodoxia bajo la infame “Curva de Phillips”, que establece como acto de fe, un supuesto “trade-off” entre inflación y pleno empleo. La posterior disociación entre políticas fiscales y monetarias, o mejor aún, su reversión, en favor exclusivamente de los ricos, arranca de este acuerdo. También en este periodo se crean las bases para la destrucción del sindicalismo con la Taft-Hartley Act, que al introducir el concepto “right-to-work”, elimina el sindicalismo obligatorio y, por tanto, hace posible la expansión del fenómeno “free rider” entre los asalariados: disfrutar de las ventajas de la acción sindical sin contribuir a los costes. E incluso, de acuerdo con este razonamiento, en el inmediato futuro, se pretenderá aplicar la legislación antimonopolios contra las organizaciones sindicales.

Y así, mientras las llamadas izquierdas comunistas de autodisolvían, con la justificación moral del anti estalinismo y migraban, primero hacia el eurocomunismo y después hacia la nada, las socialdemocracias caminaban hacia su irrelevancia, especialmente notoria en las zonas del norte de Europa, que pomposamente se mostraban como “vía democrática hacia el socialismo” (el espejismo afecta incluso al viejo Sanders), mejor descrita como “vía democrática hacia el precipicio” y las derechas conservadoras nacionalistas de la primera periferia, se disolvían en la construcción de estados vasallos, en el centro del imperio atlántico se fue dando forma a la nueva ola imperial, cuyo colapso exterior es cada vez más evidente con la derrota de la OTAN en Ucrania y el colapso  interior se muestra en los niveles de desigualdad nunca alcanzados antes en la historia.

La lucha de clases nunca ha sido tan saliente como cuando se negó su existencia. El vasallaje imperial nunca fue tan evidente como cuando los europeos occidentales, convertidos en ovejas unisexuales, dejaron la custodia de sí mismos como rebaños a los perros imperiales perversamente entrenados, que lejos de conducirles a frondosos prados llenos de energía y bienestar, les conducen, sin solución de continuidad, a despeñarse por el precipicio de las costas atlánticas.  Estos perros imperiales -que con justicia en términos históricos se les puede llamar traidores a la idea de una Europa, no ya solo a la idea de una Europa social y democrática de derecho, sino a cualquier idea de Europa-, criaturas de pantano, se han apropiado de todas y cada una de las instituciones europeas y de los estados vasallos a las que aquellas instituciones vampirizan.

Para entender la historia reciente de la emergencia de este reino de vampiros, vampiros que han mutado para dominar la obscuridad de la noche y la brillante luz diurna, es de gran ayuda el magistral relato que nos propone el historiador David N. Gibbs, que, si bien se restringe al centro del imperio, nos proporciona el contexto para entender la pérdida continuada de sangre que nos afecta, incluidos los bálsamos que nos impiden protegernos de las picaduras. Vivimos en una época sin responsabilidad; Washington es una ciudad sin responsabilidad; la llamada izquierda no tiene sentido de la responsabilidad; la Unión Europea es una unión sin responsabilidad. Nadie es responsable de nada. No hay rendición de cuentas. Es el sistema, brother, es el sistema, sister. Que yo te crea o no, no cambia nada.

Como pone de manifiesto la película The Manchurian Candidate, titulado en castellano, vaya usted a saber por qué, El mensajero del miedo, la política imperial responde a un patrón de transferencia psicoanalítica: atribuye a su enemigo imaginario lo que ella misma está haciendo, el control mental, al cual llevan dedicándose las huestes del imperio 80 años, de modo que el MK Ultra Project aparece apenas como una anécdota, eso sí, de consecuencias desastrosas para sus víctimas directas y quienes sufrieron los interrogatorios desarrollados en el KUBARK Counterintelligence Interrogation, estrechamente ligado con el MK Ultra Project.

En ese control mental, no es ninguna sorpresa, ocupa un lugar central, la religión, que, de creer a Weber, habría ya desaparecido a estas alturas de la historia[6]. Al contrario, por diferentes caminos, la religión informa el mundo (Dreher, 2020), (Kobes_Du_Mez, 2020), (Kruse, 2016), (Dochuk, 2011), (Allitt, 2003), y alimenta el integrismo. No, no estamos hablando del “integrismo islamista”, ni siquiera del sionismo judío, sino del “Christian Zionism” entre los protestantes evangélicos; los que han experimentado un “segundo nacimiento” es 1/3 de la población adulta de los USA (Williams, 2010). Pero en materia religiosa, como en casi todo, la mejor estrategia de investigación es seguir la moneda: lo que movilizó a los evangélicos no fueron las cuestiones de fe, fueron las cuestiones de dinero, en concreto las exenciones fiscales para las instituciones religiosas; no fue la decisión del Corte Suprema sobre el aborto, Roe v. Wade de 1973, fue la decisión  Green v. Connally de 1971, que amenazó las exenciones fiscales a las instituciones educativas que discriminaban por color de la piel, entre las cuales por supuesto estaban las evangélicas (Butler, 2021), lo que definitivamente hizo de las ideas religiosas el arma de combate esencial[7].

Y fue esencial porque hizo posible que las abstrusas ideas económicas libertarias imaginadas por los miembros de la Mont Pelerin Society, se inseminaran como un balsámico preñante polvo divino. Tan es así, que los nacidos por segunda vez, incluso se revolvieran, hasta subyugarlo, contra uno de los suyos, Carter, el cultivador de cacahuetes. “Fusionismo” le llamaron a esta estrategia: intereses corporativos “fusionados” con el conservatismo religioso, para crear grandes coaliciones[8], donde lo realmente dominante siempre fue lo primero, lo segundo era la vaselina bíblica.

Aun así, esa alianza entre evangélicos y ricos proyecta su sombra hasta el presente. Si bien Trump está lejos de ser un “creyente modelo” “dos veces nacido” -pese a que en su infancia sus papas lo llevaban al oficio religioso en la Marble Collegiate Church on Fifth Avenue (Hardy, 2021) donde se predicaba el “prosperity gospel”, que incluía el mensaje de autoayuda ‘mind power’ que en 1952 comenzó a popularizarse con el texto The Power of Positive Thinking (Peale, 1994)- es indudable que asimiló los mensajes y los aplica en su “make a deal”[9]. Y lo que es más relevante, la mayor parte de los “dos veces nacidos” le han votado. Igual que votan a sus Doppelgänger en toda América latina (Lindhardt, 2016) y, cada vez más, en el resto del mundo, de modo que el pentecostalismo está deviniendo cada vez más la religión del imperio atlántico (Bowler, 2013). Así en Brasil han pasado del slogan de los 1980s “crente não se mete na política” al slogan de los 2000s “irmão vota em irmão”. Religión de los pobres, que votan a los ricos. Unidos en los mismos enemigos: comunistas y gais. Religión de los pobres que desprecia la pobreza, pero no del modo aporofóbico de los ricos, que desprecian a los pobres: los pobres están llamados a dejar de serlo, uno de cada vez, entre el exceso de trabajo y ningún trabajo, que no otra cosa es la precariedad.

El seudo trotskista de origen judío, Jay Lovestone, Яков Либштейн, acabó como operativo de la CIA, para desactivar en cualquier lugar los sindicatos que recibían fondos de aquélla, a través de la AFL-CIO, en la misma línea que adoptaron otros trotskistas de primera hora como Max Shachtman, también judío, (creador de  Third Camp, cuya similitud de nombre con la Tercera Vía de Giddens y Blair es más que pura coincidencia) y muñidor del supuesto “burocratismo estalinista” frente a la pureza revolucionaria de otro judío, Lev Trotski[10]. Todos ellos, en diferente grado operativo, y en el caso del último, teórico, dieron cobertura a la purga, por estalinistas, de cualesquiera operativos vinculados al partido comunista, y se encaramaron (Lovestone) en la estructura de la AFL-CIO, de la mano con George Meany, cuya contribución, durante su tiempo como presidente, a la pérdida absoluta de relevancia, es decir al control mental en la AFL-CIO, no debe subestimarse. Así, por ejemplo, el papel de la AFL-CIO y otros “sindicatos imperiales”, (junto con la Iglesia bajo Juan Pablo II), fue definitivo en Polonia[11] como lo había sido en otros varios lugares.

Y desde hace décadas, el control mental se extiende como una mancha de aceite por todo el imperio. Uno de sus manifestaciones más notables se aprecia en ese país imaginario[12] llamado la Argentina, con todas las particularidades propias de ese territorio, de las cuales trata de darnos cuenta el colega Pablo Semán en sus más recientes publicaciones (Semán, 2024) (Semán, 2023) [13].  Pero ¿quién es “The Kingfish”, el Mandamás en esa colonia? Es imposible de entender la emergencia de un pez tan pequeño, de un personaje tan grotesco, sin situarlo en el contexto de las mutaciones inducidas por el “deep lobbying” y la “excellence of strategy”, que han conducido al control mental a escala planetaria. Idénticas reflexiones se podrían hacer sobre burócratas, presidentes y primeros ministros de los “estados soberanos vasallos” de la UE[14].

Liberalilotas, ¿Qué tenéis que decir sobre esto? ¿Harakiri civilizado o ejecución? Sin duda, es imprescindible desecar el pantano, donde crecéis. En las barricadas, en defensa de la democracia, a la que habéis dedicado rentables panegíricos y lamentos, que no se os busque, porque no se os va a encontrar. El emperador está desnudo. Por eso recurre a la amenaza de violencia y a la violencia, como sucederá cuando sus no vasallos le desobedezcan, o los aspirantes a dejar de serlo, se echen un pedo en sus narices. Los resultados serán desastrosos. Pero no lo suficiente, hasta tanto las bombas no caigan sobre la isla del norte de América. Previamente habrá de hundirse la expresión simbólica por excelencia de su proyección de poder, sus portaviones.

________________________________________________________________________

Notas

[1] El dato de productividad usado en este chart resulta de la medición más sencilla de todas las posibles (Sickles & Zelenyuk, 2019).

[2] Reputación gravemente dañada por el fraude (Ricci, 2021), aparte de que la economía promovida en el contexto que nos ocupa, mantiene la misma relación con la ciencia que la parapsicología: su objetivo es hacer que el futuro -tal y como ellos se lo inventan- defina el presente y hasta el pasado. Solo hay “free lunch” para quienes sigan el guion del “deep lobbying”. No es cuestión de error epistemológico, es “hamburger mistake”, error de hamburguesa.

[3] El legado de los demócratas, antes y despué de Roosevelt, Biden incluido, a poco que se interrogue, se revela como un legado de cenizas.

[4] https://www.federalreserve.gov/monetarypolicy/files/fomcropa19510302.pdf (Acceso: 2025/01/31)

[5] Cuya implementación, en el momento que se consolida el paradigma de la “independencia de las instituciones”, se encarga a instituciones angelicales, capaces de proceder con absoluta ecuanimidad libres de intereses propios y de presiones de quienes son afectados por sus decisiones. Y usted que se lo crea.

[6] Aquéllos que crecieron en el mundo de las ciencias sociales reverenciando a Weber, deberán admitir que su tesis de la secularización del mundo es falsa, al igual que lo es situar la ética protestante como causa, en lugar de como legitimación ideológica, de creación y expansión del capitalismo. Como ya hemos mostrado en otros lugares, la alfabetización explica mucho mejor la expansión, y Mandeville explica mucho mejor las “causas morales” de esa expansión (Nunez2025).

[7] Nota para los peninsulares ibéricos: la decisión privatizadora de la educación, implementada por los “socialistas” de Felipe González, no ha sido, hasta el momento convenientemente evaluada en su potencial de corroer la incipiente democracia. Recientemente, en una populosa reunión, entre cuyo publico me encontraba, promovida por una organización que no voy a nombrar, uno de esos vástagos, ya muy entrado en años, hizo, sin inmutarse, un panegírico de la política educativa “socialista”, declarándola heredera de la Institución Libre de Enseñanza y las reformas educativas de la II República, sin mención alguna a la privatización. Ante tanta desvergüenza, salí convencido que el autor de la privatización he sido yo y simplemente lo he olvidado.   Los “socialistas” de primera época, con la disculpa de extender la educación universal, abrieron la espita a la financiación de la educación privada, en su mayor parte en manos religiosas, y crearon con ello un monstruo de segregación, que se retroalimenta con la inmigración, hasta el punto de que eliminar esa financiación es “impopular” también entre sus votantes, (pero no por ello menos necesaria). Voy a pensar, generosamente, que, a diferencia del “teo-economista predicador” Friedman, que usó conscientemente el racismo para promover la privatización de la educación (MacLean, 2021), lo que ha sucedido en la península ibérica son consecuencias no queridas de la acción, pese a que el “milieu” en el que todos ellos crecieron, me autorizaría a pensar diferente.

[8] De “broad coalition” se habla también en el “Project 2025” https://www.project2025.org/about/about-project-2025/ . En un mundo donde las palabras no significan lo que solían, “broad” significa “narrow”, pues los ricos pasan por el ojo de la aguja, pasan sin despeinarse, muy al contrario de los registros de los escribas bíblicos.

[9] En portugués como en castellano “make a deal”, hacer un trato, quizás sería mejor traducido como hacer un neg-ocio, negar del ocio, eso sí, de los demás.

[10] La condición de judíos de los tres, es pura coincidencia.

[11] https://www.internationalist.org/fake-trotskyists-polish-solidarnosc-1904.html (Acceso: 2024/1/31).

[12] Imaginario tanto en su imposible substantivación como país soberano, acompañado de la pretensión de los porteños de que Buenos Aires fue el Paris del hemisferio sur, como en que, por alguna razón que nunca he podido descifrar, aparecía como un lugar fascinante para mi madre. Los relatos del “Tío Juan” sobre su “trabajo como “traficante fiscal” en el Rio de la Plata” me acompañaron en los largos inviernos de mi infancia, confabulados, y no bien distinguibles entonces, de otros sobre “os traficantes da raya”, en la frontera portuguesa. Lecciones de primera mano sobre el “free market” y la “douceur du commerce” que, como dulce pastelito, tanto gustaba a Montesquieu.

[13] Es muy meritorio su estudio del modo como las gentes del común viven la experiencia religiosa (Semán, 2021), que como hemos señalado, es una herramienta fundamental del control mental de las “clases populares” al servicio de la contra revolución neoliberal. Hablar con inmigrantes pobres de las américas, disipa cualquier duda que uno pueda albergar al respecto: puede que dios haya muerto o este eternamente dormido, pero sus “predicadores”, particularmente los de la “gospel theology” gozan de muy buena salud.

[14] Que parezcan menos grotescos, se debe únicamente a que cuentan con mejores peluqueros (les recortan las patillas y les hacen cortes de pelo, cuando les queda alguno, más elegante).

Referencias

______________

Allitt, P. (2003). Religion in America Since 1945. Columbia University Press.

Bowler, K. (2013). Blessed: a history of the American prosperity gospel. Oxford University Press.

Butler, A. D. (2021). White evangelical racism. The University of North Carolina Press.

Dochuk, D. (2011). From Bible belt to sunbelt. Norton.

Dreher, S. (2020). Religions in International Political Economy. Springer International Publishing AG.

Hardy, E. (2021). Beyond belief. How Pentecostal Christianity Is Taking Over the World. Hurst & Company.

Kobes_Du_Mez, K. (2020). Jesus and John Wayne. Liveright Publishing Corporation.

Kruse, K. M. (2016). One nation under God. Basic Books.

Lindhardt, M. (2016). New Ways of Being Pentecostal in Latin America. Lexington Books.

MacLean, N. (2021). How Milton Friedman Exploited White Supremacy to Privatize Education. doi:10.36687/inetwp161

Peale, N. V. (1994). Three complete books: The Power of Positive Thinking, 1952; The Positive Principle Today,1976; Enthusiasm Makes the Difference. Wings books.

Ricci, A. (2021). Value and unequal exchange in international trade. Routledge.

Semán, P. (2021). Vivir la Fe. Siglo XXI Editores.

Semán, P. (2023). Está Entre Nosotros. Siglo XXI Editores.

Semán, P. (2024). El ascenso de Milei. Siglo XXI Editores.

Sickles, R. C., & Zelenyuk, V. (2019). Measurement of Productivity and Efficiency. Cambridge University Press.

Weaver, R. M. (2013). Ideas Have Consequences: Expanded Edition. University of Chicago Press.

Williams, D. K. (2010). God’s Own Party. Cary. Oxford University Press, Incorporated.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí