Nacida el 9 noviembre de 1914, Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida en Hollywood como Hedy Lamarr, fue una reconocida actriz e inventora austríaca que protagonizó el primer desnudo integral de la historia del cine. Considerada popularmente como una de las actrices más bellas de Hollywood, Hedy Lamarr fue además una genial inventora que desarrolló, entre otras cosas, el wifi. De hecho, en Austria, el Día del Inventor se celebra el 9 de noviembre en su honor.
A pesar de que en la escuela los profesores comunicaron a su familia que Hedwig era una niña superdotada, y que cuando tuvo edad para ello empezó a estudiar ingeniería, al final la joven decidió aparcar sus estudios para dedicarse al arte dramático.
La austríaca Hedy Lamarr llenó las salas de cine en los años treinta y cuarenta
Pero su faceta de actriz eclipsó totalmente su dimensión como creadora, a la postre mucho más importante a nivel histórico. «Cualquier chica puede ser glamurosa. Todo lo que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida», apuntó irónicamente esta mujer que era pura sofisticación e inteligencia.
DE HOLLYWOOD A INVENTORA PARA EL EJÉRCITO
Instalada en Hollywood, Hedy trabajó para el director de cine King Vidor en Camarada X y Cenizas del Amor, para Jacques Tourner en Noche del Alma, para Robert Stevenson en Pasión que redime y para Cecil B. Demille en Sansón y Dalila. A pesar de protagonizar una treintena de películas, Hedy no tuvo demasiado ojo a la hora de elegirlas. Sin ir más lejos, rechazó dos filmes que acabarían convertidos en obras maestras del séptimo arte como Luz de Gas de Thorold Dickinson y Casablanca de Michael Curtiz, y se quedó a las puertas de poder interpretar a Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó. A pesar de esto, su imagen deslumbrante la convirtió en una verdadera estrella emergente de los años treinta.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Hedy ofreció sus servicios al Gobierno de Estados Unidos ya que disponía de información privilegiada acerca del armamento del ejército alemán. Ubicada en el departamento de tecnología militar, Hedy se dio cuenta de que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la armada norteamericana eran muy fáciles de interceptar. Fue entonces cuando elaboró junto con su amigo el compositor George Antheil un sistema de detección de torpedos teledirigidos. Inspirado en un principio musical, este funcionaba con 88 frecuencias, las equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético.
Los militares no supieron apreciar entonces la utilidad del invento que les estaba ofreciendo Hedy hasta que muchos años después, en 1962, se produjo la crisis de los misiles cubanos. Entonces la tecnología de Lamarr se utilizó para interceptar las comunicaciones y el control de los torpedos. A día de hoy este método se emplea para los sistemas de posicionamiento por satélite, como el GPS, y fue el precursor del wifi.
durante su vida fue una mujer con una brillantez intelectual fuera de lo común.
Su afán por conocer queda plasmado en esta frase que pronunció: «La esperanza y la curiosidad sobre el futuro me parecían mejores que lo seguro del presente. Lo desconocido siempre fue tan atractivo para mí … y todavía lo es».