Es sabido que el lenguaje permite hacer cosas con palabras, es performativo, es heteroglósico (Bakhtin, 1982) y permite ocultar tanto como muestra.
Pero es sabido también que el lenguaje es una puerta de Momo al interior del hablante y una puerta trasera al interior de las burocracias, pues revela, al lector avisado, lo que pretenden ocultar. Varias han sido las tecnologías de perfeccionamiento de la construcción de esas puertas, desde el psicoanálisis hasta al análisis estadístico de la lengua. Pero en lenguaje político hay una que sigue siendo insuperable: en análisis textual de lo que se dice contextualizado en lo que se oculta.
Aparte de los textos de orientación técnica (Fairclough, 1989) hay valiosos análisis del lenguaje en períodos históricos concretos que siguen siendo relevantes para lo que nos ocupa (Faye, 1974), (Agamben, 2011), (Jesi, 2012).
Mención aparte merece (Orwell, 2006), del cual se han ensalzado las muchas virtudes literarias que le adornan, todas ellas merecidas, pero nada se ha dicho de su rusofobia, tan característica de la élite británica, rusofobia que tanto juego le da a esta élite en la construcción de su particular falacia del hombre de paja, imprescindible para cultivar la impostura de su no menos falsaria, y por eso mismo cada día más patética, superioridad.
Dicho esto, el prólogo fantasma de Rebelión en la Granja, que en su momento no fue publicado, muestra, leído desde 2023, una sorprendente actualidad en lo que dice de las democracias liberales. Con las inversiones pertinentes de culpable, no nos hemos movido ni un segundo en el tiempo ni un centímetro en el espacio. En ese prologo fantasma escribía Orwell: “Pues bien, estas mismas noticias son eludidas por la prensa británica, no porque el gobierno las prohíba, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que «no deben» mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa británica siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes. Pero esta misma clase de censura velada actúa también sobre los libros y las publicaciones en general, así como sobre el cine, el teatro y la radio. Su origen está claro: en un momento dado se crea una ortodoxia, una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna. No es que se prohíba concretamente decir «esto» o «aquello», es que «no está bien» decir ciertas cosas, del mismo modo que en la época victoriana no se aludía a los pantalones en presencia de una señorita. Y cualquiera que ose desafiar aquella ortodoxia se encontrará silenciado con sorprendente eficacia. De ahí que casi nunca se haga caso a una opinión realmente independiente ni en la prensa popular ni en las publicaciones minoritarias e intelectuales”.
Para ser fieles al dato histórico, no es cierto que no haya habido algún cambio: la comisión de la Unión Europea, presidida por una señora que debe sus méritos, más bien escasos, a los dineros reunidos por sus ancestros esclavistas en Alemania, Inglaterra y Usa[1] ha instalado la censura sobre medios que ni ella ni los patrocinadores de ese gobierno oligárquico pueden controlar. Youtube, esa plataforma independiente, acaba de cancelar los canales de Scott Ritter, simplemente porque lo que dice, siempre bien fundamentado, especialmente cuando habla de asuntos militares, no le gusta al imperio. Ciertamente parece que todo lo que es susceptible de empeorar, empeora. No sé si ser pesimista u optimista informado.
Con independencia de todo esto, quien probablemente más lejos ha llegado en el arte de la deconstrucción del lenguaje político fue Victor Klemperer mostrando las altas cotas a las que se puede llegar en la construcción de realidades alternativas.
Subidos a los hombros de estos gigantes, particularmente en los de (Klemperer, 2001), vamos a hace un somero y modesto análisis de un texto[2] publicado el 8 de agosto de 2023 por la oficina del alto representante de la UE para asuntos exteriores. Las negritas las hemos añadido nosotros. El texto en cuestión reza así:
“Bielorrusia: Declaración del Alto Representante, en nombre de la Unión Europea, con motivo del tercer aniversario de las elecciones presidenciales fraudulentas en Bielorrusia
Este 9 de agosto se cumplen tres años de las elecciones presidenciales fraudulentas en Bielorrusia. Ese día, hace tres años, cientos de miles de bielorrusos tomaron las calles para defender pacíficamente su derecho a elegir su propio futuro. Estas manifestaciones espontáneas fueron reprimidas con una brutalidad extrema por parte del régimen de Lukashenko.
Hoy, tres años después, la situación es peor que nunca para aquellos que se atreven a expresar cualquier crítica al sistema. Estamos hondamente preocupados por la situación de los derechos humanos en Bielorrusia. En la actualidad hay cerca de 1 500 presos políticos encarcelados en condiciones deplorables, expuestos a malos tratos y torturas, sin acceso a servicios sanitarios esenciales. Muchos de estos presos han permanecido durante meses sin contacto con sus abogados y familiares, que desconocen su paradero actual y su estado de salud. En su último informe, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos declaró que algunas de las violaciones generalizadas, sistemáticas y manifiestas de los derechos humanos en Bielorrusia pueden constituir crímenes contra la humanidad. La UE sigue manteniendo la situación en un lugar destacado de la agenda mundial en los foros internacionales y fomentando los esfuerzos encaminados a que los autores de violaciones de los derechos humanos rindan cuentas.
El régimen de Lukashenko ha llegado a ser una amenaza también para la seguridad regional e internacional, con acciones como el aterrizaje forzoso de un avión civil en mayo de 2021 y la instrumentalización persistente de la inmigración irregular en las fronteras orientales de la UE. A partir del 24 de febrero de 2022, el régimen se convirtió en cómplice de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, poniendo en peligro la propia soberanía e independencia de Bielorrusia para apoyar los crímenes de Rusia en Ucrania. Esta complicidad ha permitido la deportación ilegal de niños ucranianos por parte de Rusia al territorio bielorruso. El 26 de mayo de 2023, Rusia y Bielorrusia dieron un paso más en la escalada al firmar un acuerdo para permitir el despliegue de cabezas nucleares rusas en territorio bielorruso. La UE está preocupada por el reciente despliegue en Bielorrusia de los mercenarios Wagner, los efectos desestabilizadores en la región y el riesgo que representan para la soberanía de Bielorrusia.
Hemos adoptado sanciones en respuesta a la represión de todas las voces independientes y las personas pertenecientes a minorías nacionales, a las violaciones del Derecho internacional y al apoyo a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania por parte del régimen de Lukashenko. El último paquete de sanciones aborda las violaciones de los derechos humanos y el constante empeoramiento de la represión interna, y envía una señal de que la UE sigue plenamente comprometida a apoyar los derechos humanos y la democracia. También aborda el riesgo de elusión de las sanciones. La UE seguirá ejerciendo presión sobre el régimen bielorruso mientras sea necesario.
La UE elogia y apoya los esfuerzos del movimiento democrático bielorruso. La determinación de la población bielorrusa, que con gran riesgo personal sigue defendiendo la democracia, es un gran factor de esperanza. La UE está prestando apoyo a las víctimas de la represión, los defensores de los derechos humanos, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación independientes y los periodistas, estudiantes y empresas exiliados, así como a iniciativas destinadas a salvaguardar la identidad, la cultura y la lengua bielorrusas.
Pedimos a las autoridades de Bielorrusia que entablen un diálogo genuino e inclusivo con todos los elementos de la sociedad que conduzca a unas elecciones libres y justas. Una vez que Bielorrusia emprenda una transición democrática, la UE se compromete a ayudar al país a estabilizar su economía y a reformar sus instituciones. Nuestro objetivo es contribuir a aumentar la resiliencia y las reformas más democráticas, crear nuevos puestos de trabajo y mejorar el nivel de vida de las personas, en particular por medio de un plan global de apoyo económico de hasta 3 000 millones de euros para una Bielorrusia democrática.
La UE acompañará a los bielorrusos mientras sea necesario en la senda hacia un país independiente, democrático y próspero como parte de una Europa en paz”.
Analicemos ese mensaje, en dos momentos, lo que está y lo que no está.
Primero lo que está.
Elecciones fraudulentas: ¿Quién certifica elecciones? la OSCE y la UE. La selección de los certificadores es completamente opaca. En la medida en que ambas funcionan por cooptación y al frente de la oficina de recursos humanos de la OSCE, se encuentra un “hispanic”, el proceso está sesgado en origen y muy probablemente es directamente corrupto. De hecho, el autor de este texto, que está certificado por la propia Osce, ha intentado conocer la lista y las credenciales de todos los certificadores para construir una base de datos y analizarla convenientemente y ha obtenido ninguna respuesta. Sobre los certificadores de la UE no hay mucho más que decir: siguen las instrucciones, de modo que sus recomendaciones han sido usadas para fines antidemocráticos, como sucedió en el golpe de estado que expulsó a Evo Morales. Como probaron investigadores norteamericanos, vinculados al CEPR[3] las conclusiones de la misión de observación de la de la OEA (y por tanto de la UE que no las cuestionó) no solo estaban sesgadas, eran completamente falsas.
Democracia: Si las elecciones no arrojan los resultados que nos conviene, ya no sirven para certificar la democracia, ni siquiera en su versión mínima. Los perdedores se convierten en mayoritarios. Al parecer para la UE hay más de una manera de ganar unas elecciones. Sueños húmedos de producir un Maidan en Пло́шча Перамо́гі. “Manifestaciones espontáneas”, (ignorando los millones de US$ y €s invertidos en las ONGs creadas para promoverlas), “cientos de miles”, son muchos o muchísimos, aunque como ha sucedido en el último uprising en Georgia no superen 7 por ONG que recibe financiación externa, (Nuñez, 2023), “decidir el futuro” (el suyo y el de los demás, quieran los demás o no quieran) y “reprimidos con brutalidad extrema” (al parecer se situaron ametralladoras en los estadios y se disparaba a los insurgentes, como hizo el ejército británico en Irlanda) y por supuesto no pueden faltar las “torturas”. Todos estos términos son imprescindibles en la retórica que acompaña a todas las intentonas de cambio de régimen, revoluciones de colores incluidas (Gerlach, 2014), (Mitchell, 2012), (Ó Beacháin & Polese, 2012), que hacen uso de todos los recursos disponibles de las guerras hibridas (Korybko, 2015). Revoluciones sin revolucionarios: élites locales financiadas externamente para apropiarse del estado para sí y para sus financiadores. Esto ya solo engaña a quien quiere dejarse engañar.
Aumentamos la “resiliencia” y las “reformas más democráticas”. Estas últimas son las propias del régimen oligárquico que somo nosotros, la UE. Qué significa la resiliencia en el lenguaje burocrático es difícil de determinar. Ahora bien, por similitud con su uso en psicología, refiere a lo que viene después de un trauma. Parece que estos burócratas hubieran bebido de la marmita de Asterix, con la fórmula mágica del cambio de régimen, y fabulen con los traumas que van a provocar. Ciertamente, al igual que pasa con esos catedráticos que promueven la desregulación laboral de todos los demás, no la suya, será necesario provocarles un trauma para que aprendan el significado de esos términos que tan alegremente pintan en documentos oficiales.
Dialogo: Es necesario dialogar con quienes nosotros designamos. O lo que es lo mismo, hablen con nosotros sobre su rendición incondicional a nuestra superior razón oligárquica.
Derechos humanos: Nos preocupan los derechos de algunos humanos, no de otros. Particularmente los derechos humanos que querían entrar desde Bielorrusia en Polonia no nos preocupan, porque no se trataba de humanos, eran “human weapons”. Todos los detenidos, juzgados y encarcelados representan crímenes contra la humanidad, la nuestra, la que nosotros definimos. No incluye, por supuesto, la de los negros y otros indeseables que huyen de la miseria, en gran medida inducida por intervenciones coloniales directas de antes -con ejércitos desplegados ocupando el territorio- y de ahora -sosteniendo a élites que al tiempo que abren la puerta a la “inversión extranjera”, especialmente la que explota los recursos, reprimen a quienes alzan la voz en esos territorios-. Las élites de la UE no sufren de aporofobia y aún menos de racismo. Solo están comprometidas con el “rule of law”. Un periodista español detenido en Polonia sin cargos conocidos, lo es de acuerdo con la estricta observancia de la ley. Supuestos radicalizados musulmanes expulsados de la UE, en base a expedientes secretos, por razones de seguridad nacional, son la expresión más preclara del “rule of law”. Al parecer las burocracias comunitarias ignoran que “rule of law” no dice nada sobre la materialidad de la ley, ni sobre los derechos humanos: es compatible con cualquier ley, las más injustas incluidas. Los derechos humanos, en la definición administrable de esa burocracia, les permite intervenir, con desprecio absoluto de fronteras y soberanía, allí donde consideren necesario de acuerdo con intereses más bien poco transparentes. La dificultad para acceder a la actividad de los lobbys que, por su número, sostienen el mercado inmobiliario de Bruselas, es una de las mil pruebas posibles.
Crímenes contra la humanidad: Nosotros somos la humanidad. Nosotros definimos cuando hay un crimen. Incluso podemos proceder a la liberación de un político pederasta a cambio de que su hermano presente cargos, en un tribunal penal internacional que hemos creado, contra jefes de estados que ni siquiera han suscrito los acuerdos fundacionales de ese tribunal. Este es el orden internacional basado en reglas, las que nosotros podamos imponer. Un discurso imperial bajo la administrable universalidad. La querella sobre los nombres, que enfrentó a nominalistas y realistas, y donde ocupó un lugar central justamente el concepto de humanidad, tiene varios siglos de antigüedad, pero las burocracias comunitarias han tomado partido: a la humanidad, incorpórea, le atribuimos los cuerpos a nuestra conveniencia. Nosotros ocupamos el lugar que Duns Scoto reservaba a dios en la determinación de la moral (Spade, 1994), determinamos que manzanas no pueden ser comidas, incluso aunque el hambre orade su alma. Esa retórica ya la practicaban los nazis con la definición de los eslavos como “untermensch”. El discurso racista ha perdido su pedigrí; la humanidad ocupa su lugar, no importa que para ello haya que negar las formas de vida de otros (Jaeggi, 2018).
Derecho de defensa: el legítimo derecho de defensa, solo es legítimo si es el nuestro. Si USA, vía Otan, despliega armas nucleares es legítimo. Si otros hacen lo mismo es ilegitimo.
Minorías nacionales: Nos preocupan las minorías nacionales, pero según nuestra definición de minoría y nacional. Los rusos de Estonia, Letonia y Lituania no merecen tal calificativo. Por eso habremos de expulsarlos o matarlos si se resisten. Incluso la ONU encuentra improcedentes las derivas de esas republicas respecto a las minorías[4], mientras la UE guarda silencio. Una vez más, esos protectorados están creando las bases de sus disoluciones y/o particiones. Cuanto antes, mejor.
Punición: Los que no siguen nuestro “orden basado en reglas”, en nuestras reglas (o mejor las de nuestro patrón) son castigados: sanciones no ya territoriales, sino también extraterritoriales, tribunales penales no ya nacionales sino internacionales. Mientras tanto, la triada – judía, casualmente- organiza conversaciones de paz imperiales, de fantasía, como la que ha tenido lugar en Jeddah, en Arabia Saudi, a principios del mes de agosto de 2023. Todos los ingredientes de una bufonada estaban presentes, teniendo en cuenta que el anfitrión, conocido como MBS, era hasta hace nada un apestado. Algunos de los asistentes incluso escribían con tinta invisible la historia de otra época, como cuenta Hersh[5].
Roma paga traidores: Pagamos si nos entregan su país, en nombre de la democracia (lo del imperio está “demodé”) (Nuñez, 2022)(a) (Nuñez, 2022)(b). Alguien tendrá que recordar la suerte que siguió a los asesinos de Viriato. Ni la Roma original ni ninguna de las “nuevas romas” han pagado nunca traidores. Que se lo pregunten a Алекса́ндр Иса́евич Солжени́цын.
Información: Si los medios que financiamos, son erradicados, entonces no hay libertad de prensa. Si nosotros prohibimos a nuestra población, sin base legal alguna y contra las declaraciones de derechos humanos, propias y suscritas, medios -con el pintoresco argumento que son de estado extranjero, argumento que va contra la declaración de derechos humanos de la ONU- defendemos la pureza espiritual de occidente.
Sobornos: Aquí tenemos unos milloncejos de € (3.000 millones dicen) para pagar a las élites locales que se plieguen a nuestros intereses. Esto entra exactamente en la definición de “brive”: (i) money or favor given or promised in order to influence the judgment or conduct of a person in a position of trust”; (ii) something that serves to induce or influence. Para ello solo tienen que hacer lo que nosotros, los grandes oligarcas, decidamos. Todavía no he conseguido averiguar a que elecciones se han presentado el alto comisionado. Todo apunta que han sido elecciones secretas.
Sociedad: la sociedad bielorrusa son las ONGs que nosotros financiamos. Hablen con ellas para que nuestros “abrevados” se instalen en el gobierno, como únicos legítimos intérpretes de la sociedad bielorrusa.
Mercado: Solo nosotros sabemos gestionar. China, que ha sacado en 20 años 800 millones de la pobreza absoluta -lo que en Europa y Usa ha tomado cientos de años- son unos aficionados. Nuestras instituciones europeas oligárquicas, son el faro del mundo. A esto le llaman “estabilizar su economía y reformar sus instituciones”: la crisis humanitaria que hemos causado en Rusia a partir del 1991 es el espejo donde deben mirarse. Nuestro objetivo es instalar el código del capital (Pistor, 2019). Con sus fábricas haremos lo mismo que hicimos con aquélla que en la RDA fabricaba lámparas que duraban 25 años: cerrarlas. Nos interesan especialmente sus potasas y otros varios recursos fundamentales para asegurar nuestras cosechas. Sabemos explotarlas mejor que nadie. Por algo hemos inventado la colonización como política de estado. ¿Recuerdan un continente llamado África? Miren y aprendan. O más cerca, miren cuanta población ha abandonado las mini repúblicas bálticas. Reducimos el desempleo porque las gentes en edad de trabajar emigran.
Europa en paz: Para construir la Europa en paz es necesario promover los cambios de régimen. No podemos construir un relato abiertamente colonial, clasista, misógino, porque deja en mal lugar nuestra imagen de demócratas liberales, por eso promovemos nuestra versión de “regime change Karen’s”, según el modelo Victoria Nuland. Todo lo que se oponga a esto es guerra de agresión. Intentar cambiar un régimen responde al derecho divino de la oligarquía, eso si, liberal.
Segundo, lo que no está.
Soberanía: La única soberanía que importa es la nuestra. Nosotros intervenimos en los asuntos internos de otros países, incluso sobornamos a los que en nuestro territorio llamamos agentes extranjeros, pero los llamamos paladines de la libertad (y de la subordinación a nuestro “diktat”). Es decir, impulsamos activamente la traición. Nuestros mejores compañeros son los traidores a su patria. Al fin y al cabo, nosotros somos traidores a Europa (en tanto que servidores del imperio atlántico).
Historia: El pasado que no ha sido, lo inventamos. Que nunca haya existido algo parecido a una nación bielorrusa -como apenas existió durante meses un estado ucraniano- es irrelevante. Porque en nuestro interés está crear seudo-naciones, inviables como tales, sin real soberanía, pero susceptibles de ser integradas como divisiones administrativas del imperio. Así lo llevamos haciendo desde 1.991. Cuando llegó alguien y mando parar, descubrimos que era el demonio (tal vez Castro reencarnado). Pero cuando nos miramos en él, descubrimos que nosotros somos nuestro peor enemigo. Hay más de una manera de construir un imperio. El Euro debería servir a ese objetivo imperial.
Financiación: La construcción del discurso, sobre Bielorrusia, Ucrania y en general el espacio llamado post soviético, está realizado por ONGs (think thanks), financiados por el complejo militar industrial[6]. Todo este discurso burocrático, publicado por funcionarios excesivamente bien pagados, viene empaquetado por esas organizaciones. No hay en ellas nada ni remotamente parecido a eso que se llama pensamiento estratégico.
Estos mensajes de la burocracia europea están destinados a vencer, pero no a convencer. Exactamente lo mismo que reza esa frase, parece que falsamente atribuida a Unamuno: “venceréis, pero no convenceréis”! El problema histórico presente, es doble, ni vencen ni convencen. Los protectorados imperiales ni vencen ni convencen. Uno o ambos verbos se aplica solo a las naciones soberanas y a los imperios.
Notas
[1]Así se detalla https://foreignpolicy.com/2021/04/30/aristocratic-ineptitude-ursula-von-der-leyen-eu-europe-vaccines-pandemic-response/ (Acceso: 2023/08/11)
[2]https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2023/08/08/belarus-statement-by-the-high-representative-on-behalf-of-the-european-union-on-the-third-anniversary-of-the-fraudulent-presidential-elections/ (Acesso: 2023/08/08).
[3]https://www.cepr.net/the-preliminary-count-in-bolivias-2019-election-contained-clear-biases/ (Acceso : 2023/08/11).
[4]https://www.politico.eu/article/united-nations-experts-latvia-russian-language-minorities/ (Acceso: 2023/08/18);
https://www.ohchr.org/en/press-releases/2023/08/estonia-new-law-banning-mother-tongue-education-minorities-may-violate-human (Acceso: 2023/08/18)
[5]https://seymourhersh.substack.com/p/summer-of-the-hawks?utm_source=substack&utm_medium=email
[6]https://www.theamericanconservative.com/swamp-report-top-50-u-s-think-tanks-receive-over-1b-from-gov-defense-contractors/ (Acceso: 2023/08/18);
https://quincyinst.org/report/defense-contractor-funded-think-tanks-dominate-ukraine-debate/ (Acceso: 2023/08/18).
Referencias citadas
Agamben, G. (2011). El sacramento del lenguaje «arqueología del juramento» : (Homo sacer II, 3. Pre-Textos.
Bakhtin, M. M. (1982). The Dialogic Imagination. University of Texas Press.
Fairclough, N. (1989). Language and power. Longman.
Faye, J.-P. (1974). Teoría del Relato. Introducción a los lenguajes totalitarios. Taurus.
Gerlach, J. (2014). Color Revolutions in Eurasia. Springer.
Jaeggi, R. (2018). Critique of forms of life. Cambridge, Massachusetts: The Belknap Press of Harvard University Press.
Jesi, F. (2012). Cultura di destra. Con tre inediti e un’intervista. nottetempo.
Klemperer, V. (2001). La lengua del tercer reich. Minuscula.
Korybko, A. (2015). Hybrid Wars: The Indirect Adaptive Approach To Regime Change. MoscowPeoples’ Friendship University of Russia.
Mitchell, L. A. (2012). The color revolutions. University of Pennsylvania Press.
Nuñez, M. (2022). La moneda, la soberania y la reinvención del mundo. Center for Open Science. doi:10.31219/osf.io/29ym8
Nuñez, M. (November de 2022). El destino universal de la democracia y el realismo geopolı́tico V\_1\_0. Center for Open Science. doi:10.31219/osf.io/dfkx5
Nuñez, M. (2023). Instituciones independientes y policrisis. Center for Open Science. doi:10.31235/osf.io/h65zv
Ó Beacháin, D., & Polese, A. (Edits.). (2012). The Colour Revolutions In The Former Soviet Republics Successes And Failures. Routledge.
Orwell, G. (2006). Rebelión en la granja. Booket.
Pistor, K. (June de 2019). Code of Capital. Princeton Univers. Press.
Spade, P. V. (1994). Five Texts on the Mediaeval Problem of Universals. Hackett Publishing Company.