EL CROMATISMO POR LOS VIAJES DE SONIA BAUTISTA

3
272

 

EL CROMATISMO POR LOS VIAJES DE

SONIA BAUTISTA

DESDE SUS CIELOS HACIA

EL NÚCLEO

DE SU PROPIA ESFERA

Sonia Bautista  ha partido hasta la lejanía de su adentro, muy dentro, inexplorado. Sabe que cuenta con un pase muy personal a ese gran parque natural, esa reserva íntima e intangible que extrae de sí para regalar a las lentes ó quizá prismáticos o telescopios enzarzados con periscopios en bailes de plena esgrima entrelazados para rebuscar (otros que no ella) frases para explicar lo complicado que es esa rica biodiversidad  y de las formas de los recónditos paraísos que sólo fluyen a superficie si Sonia Bautista los reclama para ser compartidos siempre abajo en nuestra modesta atmósfera planetaria.

Congrega ricas mentes en el ágora cuando Eugenio Benet que es testigo de cómo es pillado por la cámara.

 

Ni faltan trovadores a la cita, ni músicos, ni filósofos, ni ninfas … ni bufandas

 

De ese interior se derrama , sobre sí mismo primero, sobre la materia después, el inexplicable etéreo que da forma a la energía sutil que decide deslizar en un descenso a un cielo que es un mundo de azules y trazos gruesos que homenajean la materia terrestre suspendida sobre superficies de nubes de la que dos formas se levantan, como personajes de la Divina Comedia, quizá para observar el espacio desde arriba, quizá para iniciar el viaje de Dante, personificando a la humanidad, y Beatriz, que personificando la Fe  lleva a Dante a cada una de las esferas del paraíso.

Cosa de Poetas, pero es que Sonia Bautista, no podía ser de otro modo, es poeta. Y en esta todos salen y escondido, echan la alarma y giran con llave la cerradura. Por fin sólo. Por fin espacio, sólo con ellos, con sus cuadros, ahí colgados como ellos quedo suspendido sin noción del tiempo y disfrutando.

Cada lienzo es un viaje hacia mundos interiores inexplorados. La actitud artística hacia el acto de pintar se asemeja más a una experiencia transformadora y casi mística. El lienzo en blanco, es un umbral de una historia increíble, o incluso de una gran historia. Cuando comienza a dibujar, experimenta vértigo y una mezcla entre vértigo y ansiedad creativa. Su proceso artístico es una apertura a un suceso único. Las primeras líneas y formas emergen y son como hilos de una especie de espuma de un oleaje que no puede ser contenido pues es mar y océano bravo, salvaje y delicado a un tiempo.

Deslizarse casi levitando por los pasillos y corredores de una exposición que está fuera del horario de visitas, cuando los cuadros se ajustan y colocan al marco en un diálogo como el de un hombro recubierto de manga y hombro de camisa que se ajusta como una buena percha a chaqueta y todo en un diálogo de formas entre medidas y composiciones que como no pueden ser de otra manera concluyen en talla exacta, en medida justa .

No hay ventanas abiertas en las salas , el público reciente ha salido, un aroma de cuerpos que estuvieron y de bebidas y canapés que se sirvieron quedan flotando en el ambiente. La fuerza y dirección de la pincelada dada en cada lienzo entonces cobran vida en dimensiones arropadas de secretos.

Es un lujo disfrutar de la obra individual del artista en la galería para el espectador individual que se escondió para pasar la noche encerrado en la galería.

El viaje que no termina continúa pues es un proceso de descubrimiento en el que se escucha  las voces que brotan de sus cuadros hablando con su autora en un diálogo grabado en el silencio que ahora se esparce apreciando en sus formas un diálogo que no concluye por su riqueza en las materias primas que dan composición a esta colección de técnica mixta exquisita .

 

Que no termina, ni finaliza pues ni quiere ni puede ponerse límites al espacio de una dimensión que es universo interior habitado de multitud coral clamando que no se justifica porque no lo precisa pues lo que es sin más es por sí mismo y se reconoce sin presentación alguna como un golpe de viento que refresca la cara y los pulmones de aquel con el que tropieza.

Puedes horas perderte en la contemplación de sus obras.

Ondulea jugando en un libre albedrío que agrada , atrapa y alegra hasta ir posando en la superficie de ese planeta que permanece suspendido en mitad de su universo hasta el bautismo con la marejada de la propia vida de Bautista

Del Bautista, su Bautista, una Sonia Bautista que no rehuye, ni teme el diálogo consigo misma para reconocerse y autoafirmarse en la dimensión de su núcleo interno unas veces con esas placas telúricas en movimiento que agitan la superficie y te rompen, otras conviviendo con ese magma de fuego candente que es ardor de vida en el centro de su esfera que aquí se nos muestra transparente y termina recomponiéndote.

 

Puede esta obra rebosar el aroma de las almas que la contemplaron en los horarios de visitas y las delicadezas de sus cócteles ofrecidos, que impregnaban la atmósfera y las paredes de unas salas fantasmalmente ya vacías, para inundarlo todo de fragancias de lino y loto pues su fuerza ha viajado entre universos y las dimensiones ya expuestas para conectar con lo más simple y sublime que está en toda la obra de Sonia Bautista.

Aquí todo nos lleva a la orilla de ese camino, porque aquí todo es Tao.

El tiempo voló como un suspiro, veloz y sin sentirse porque se pueden pasar las horas frente a sus cuadros dejando el tiempo retenido.

Ahora, cuando giran la cerradura, para poder entrar el personal de mantenimiento de la Galería de Arte en la sala es hora de navegar sigiloso y sin ser visto hasta el marco de una puerta que transciende  con el aire tempranero y fresco de esta mañana de febrero.

 

 PALABRAS DE SONIA BAUTISTA SOBRE SU OBRA

                             Foto: Sonia Bautista

«Cuando observo un sencillo papel o lienzo en blanco contemplo, con cierto
vértigo y no poca ansiedad, el inicio de una gran historia. Sin apenas
pretenderlo, en un primer instante, aparecen ante mí los primeros hilos de una
pintura inmaterial que discurren libremente por la tela o las hojas del cuaderno,
enredándose en esos sutiles parajes monocromos donde, elementos sin
determinar, eclosionan y solidifican ante mis ojos del mismo modo que la lava
es el germen de la roca. Inmediatamente después adivino nuevas líneas que se
mezclan con el fondo húmedo mientras los raspados, la atmósfera del estudio,
el tiempo y la agitación de mi aliento al respirar la proximidad del color, van
conformando la obra pareciéndome que solo he sido testigo de su aparición:
raspar, esperar, secar, volver a pintar, difuminar, borrar y de nuevo «pintar».
Se piensa pintando. Si algún pensamiento aflora en la pintura sin duda
hubo de acordarse con anterioridad a una misma entre la pintura y nuestro
ingenuo anhelo de su gobierno que está lejos de cumplirse. En mis obras la
pintura sale a flote en forma de tormentas en inclementes mares, configurando
archipiélagos desconocidos que representan la energía y naturaleza de lo
existente, de lo vivo, y donde, en ocasiones, como si de exóticos puertos se
tratase, permanecemos varados o abandonados al estudio, reflexión o al
acecho de nuestro propio destino».

Sonia Bautista Buenaventura

3 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí